La balanza del juicio (Anexo Tema 14)

Dios decretó la sentencia al rey Belsasar diciendo: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.” Dan. 5:27.

Vamos a ver algunos otros versículos bíblicos en relación a la balanza de la justicia y del juicio divino:

“Peso y balanzas justas son del Señor; Obra suya son todas las pesas de la bolsa.” Prov. 16:11.

“Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo.” Ez. 33:13.

Balanza DivinaEste versículo que acabamos de leer es muy importante y revelador. Pues nos muestra que en “la balanza divina” no cuentan las justicias del pasado, si hemos vuelto atrás a una vida de pecado. El concepto: “Una vez salvo, siempre salvo”, es un engaño teológico con que muchas personas se sumergen en una falsa seguridad fatal. Algunas personas  piensan que si alguien hizo más bien que mal, será salva. O, si hizo más mal que bien, está perdida. ¡Pero la balanza divina no funciona así!

Job dijo:“Pésame Dios en balanza de justicia, y conocerá mi integridad.” Job 31:6.

Este versículo nos enseña que no debemos temer al juicio de Dios y a su “balanza”, si somos íntegros y hacemos su voluntad, viviendo a la luz del conocimiento que el Señor nos ha dado. Pues el juicio, como veremos en temas posteriores, es a favor de los hijos de Dios para salvarlos y declararlos “libres”. Dan. 7:22.

“Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; pesándolos a todos igualmente en la balanza, serán menos que nada.” Sal. 62:9.

Aquí vemos una vez más la balanza aplicada a las personas que viven en la mentira y en la vanidad del mundo. Todo ello es liviano y superficial que en la balanza pesa menos que nada. Tal como ocurrió en el caso de Belsasar que después de haber sido pesado, fue hallado falto. ¡Qué tristeza y que dramática sentencia final! ¿De qué sirve ganar el mundo temporalmente y perder el alma (la vida eterna)? Marcos 8:36. De nada…

Juzgados por la luz recibida

El rey Belsasar tenía mucha más luz que el rey Nabucodonosor. Nabucodonosor era más ignorante, pero frecuentemente atribuyó sus éxitos a los dioses. Pero Belsasar hizo toda la maldad y deshonró a Dios “sabiendo todo esto” Dan. 5:22.

Mateo describe en su evangelio de manera ejemplar el principio que seremos juzgados según la luz que hemos recibido. Dice que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la impía Sodoma, que para la ciudad de Capernaúm, en la cual Cristo hizo muchos milagros, porque  la ciudad judía de Capernaúm recibió, mediante la presencia de Cristo y sus milagros, mucha más luz que la pecaminosa ciudad de Sodoma. Mateo 11:20-24.

  • Fue de esta manera que Dios “abandonó y entregó” a Belsasar y lo dejó librado a las consecuencias de sus actos. Sus decisiones eran muy graves porque las tomó a pesar de la información que tuvo.

Dios nos trata como personas responsables y nos deja tomar nuestras propias decisiones. El permite que suframos las consecuencias. Con pesar “entregó” su pueblo en las manos enemigas de los babilónicos. Dan. 1:2. Pero fue por su propia culpa y constante rechazo al plan divino y a los mensajeros de Dios. Recuerde. 2 Crónicas 36:14-17. Finalmente Dios se hace a un lado y nos deja cosechar lo que sembramos. Pues nuestro Creador no se impone ni obliga ni fuerza.

El juicio sobre Belsasar

El de 12 de Octubre del año 539 antes de Cristo fue la fecha exacta de la caída de Babilonia y muerte del rey Belsasar. Sabemos esto gracias a la entrada del rey Medo Darío en Babilonia que aparece en la “Crónica de Nabonido”.

Esa fue la fecha del último abominable banquete de Belsasar. Dios respeta a todas sus criaturas y nos trata como personas responsables. Él permite que cosechemos las consecuencias de nuestras decisiones sean buenas o malas. ¡Dios no decide arbitrariamente nuestro destino, ni nos impone arbitrariamente un castigo! Las decisiones de Belsasar determinaron finalmente su destino.

Dios dice:

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal… A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando al Señor tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndolo a él; porque él es vida para tu.” Deut. 30:15, 19, 20.

Josué vivió una vida dedicada al servicio, siglos antes de Daniel y Belsasar. El tomó esa decisión y se la recomendó a los demás diciendo: “Y si mal os parece servir al Señor, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos al Señor.” Josué 24:15.

“Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido.” 2 Cor. 6:2.

Hoy es el día de la salvación. ¡Decídete por la verdad y el Dios Creador, de los cielos y de la tierra!

Descargar PDF